Teoría de la Reflexividad de George Soros
Burbujas, procesos de expansión/recesión e interrelación entre el pensamiento humano y el resultado obtenido.
Las ciencias sociales y las ciencias naturales no son lo mismo. Muchos economistas y matemáticos se han empeñado en estudiar y modelizar las ciencias sociales de la misma forma que se hace con las ciencias naturales.
¿El resultado? Grandilocuentes teoremas, formulas matemáticas indescifrables para el común de los mortales, y por supuesto, errores por doquier.
Si por algo me apasiona la economía, es por ser la ciencia social en su máxima expresión. En la que influyen todas las demás, filosofía, historia…
Así es como el legendario inversor George Soros llegó a los mercados financieros. Tras su gran interés por la filosofía y descifrar el comportamiento humano.
La teoría de la reflexividad va más allá de las finanzas, es algo más relacionado con un teorema no formal sobre la relación entre el pensamiento y la realidad.
“Desarrollé un marco teórico basado en el concepto de la reflexividad para explicar la relación entre el pensamiento y la realidad, y utilicé los mercados financieros como un laboratorio para probar mi teoría”
George Soros es uno de los perfiles más intrigantes de la historia moderna.
Su gran impacto en el mundo es reconocido. Actualmente ha dejado las finanzas de lado, para seguir en su camino de la influencia de sus ideas en el mundo.
En su etapa como inversor, se le conoce como la figura que quebró el banco de Inglaterra en el año 1992. Con ese movimiento, gano 1.000 millones de dólares en un solo día.
Formó a inversores legendarios de la actualidad, como Stanley Druckenmiller
Tras intensas horas de lectura del libro actualizado de “La alquimia de las finanzas”, voy a intentar resumir algunas de las reflexiones que más me han impactado de libro de George.
Este libro fue publicado por primera vez en 1987 causando un gran revuelo, como no podía ser de otra forma. Soros estaba en el pico de su carrera como inversor profesional. Por supuesto, también suscito un carro de críticas, especialmente desde los economistas académicos. Pero quién iba a ignorar un libro sobre finanzas de un gestor de fondos que había generado un 30% de rentabilidad anualizada en la última década.
En el año 2003, se publica la edición actualizada 15 años después. En esta nueva edición, se escribe de nuevo una introducción bastante extendida, que sustituye la introducción y el capítulo 1 del anterior libro. También habla sobre fenómenos más recientes, como el colapso del fondo LTCM o la burbuja .com del año 2000. Esta es la versión que ha caído en mis manos.
“Por eso estoy tan interesado en actualizar el libro e incorporar en él lo aprendido en los últimos 15 años. Comprender la realidad, y los mercados financieros en particular, es un proceso interminable.”
Antes de empezar, debo decir que es un libro complicado y difícil de leer. No es para todos los públicos. Yo he tenido que ir muy poco a poco, subrayando y releyendo, dadas mis limitadas capacidades intelectuales.
Pero las conclusiones a las que llega son brutales. Alguna de sus frases te vuelan la cabeza. Es un cambio de paradigma total a la hora de entender el comportamiento humano y los mercados financieros, mucho más allá del análisis fundamental y la supuesta objetividad de lo que ocurre.
Este libro excede la teoría económica. Es una teoría de comportamiento humano aplicada a los mercados financieros. Pero que asegura que se puede utilizar de la misma forma para entender procesos históricos, la política, etc.
Si todavía tienes ganas de leer este infumable texto que mezcla filosofía, comportamiento humano y economía agárrate a la silla. Para leer este tostón de artículo vas a necesitar paciencia. Vamos a por ello.
El paradigma prevaleciente
En la nueva introducción del libro Soros primero define el paradigma prevaleciente. El enemigo a batir. La teoría de los mercados eficientes. Luego buscar reenfocar la teoría económica con su “nuevo paradigma”, en el que todo gire en torno a los procesos reflexivos. Vamos a empezar por el principio.
La hipótesis de los mercados eficientes afirma que los precios en los mercados financieros son reflejos pasivos de sus fundamentales subyacentes. La teoría de las expectativas racionales sostiene que a excepción de choques exógenos, los mercados financieros tienden hacia un equilibrio financiero, que refleja con precisión las expectativas de los participantes.
A Soros esta idea no le cuadra en absoluto. No porque no quedase muy bonito en una teoría y en un listado infumable de fórmulas matemáticas y gráficos que hacían parecer a su creador un intelectual. Sino porque no explicaban el comportamiento que veía a diario en los mercados financieros. Procesos de burbujas, excesos, caídas abultadas, volatilidad extrema por rumores…
“Los participantes no actúan en base a sus mejores intereses sino en base a la percepción de sus mejores intereses, y ambas cosas no son idénticas.
Existe una falta de correspondencia entre las expectativas y los resultados (ex ante y ex post) y no es racional que las personas actúen suponiendo que no hay divergencia entre ambos.”
Como comenta en el libro, las teorías científicas (como pretende ser la de los mercados eficientes) tienen algún valor predictivo. Su teoría de la reflexividad no pretende tal cosa. Simplemente sostiene que el curso de los acontecimientos es inherentemente impredecible.
El concepto básico de reflexividad
El concepto de reflexividad es relativamente sencillo, veremos si consigo trasladarlo con la misma sencillez.
En situaciones que tienen participantes pensantes, hay una interacción bidireccional entre el pensamiento de los participantes y el hecho en el que participan. La bolsa es el mayor ejemplo de esta situación.
“La reflexividad hace que la comprensión de los participantes sea imperfecta y asegura que sus acciones tendrán consecuencias no deseadas. La afirmación de que nuestra comprensión del mundo en el que vivimos es imperfecta es tan banal que casi no necesita elaboración”
“La imperfección introducida por la reflexividad es más especifica y necesita una explicación más detallada”
Es necesario dejar clara la diferencia entre observador externo y participante. En el primer caso, el pensamiento del observador externo no modificara el resultado, mientras que en el caso del participante, su pensamiento modificará el resultado obtenido, influyendo en su toma de decisiones.
Por tanto, el resultado final es incognoscible, dado que las opiniones y pensamientos de los participantes son imperfectas y no corresponden con la realidad. Los pensamientos de los participantes hacen que los resultados no sean los que deberían ser, si supusiéramos que los participantes tienen la información perfecta.
Además, añade que los mercados financieros son capaces de alcanzar múltiples puntos de equilibrio, en contraposición con un único punto de equilibrio en la teoría de los mercados eficientes.
“Si la comprensión perfecta fuera posible, no habría espacio para la creatividad. El mundo en que vivimos es, en cierta medida, nuestra propia creación”
El nuevo paradigma
En el nuevo paradigma, la comprensión y la participación están interconectadas.
“No se pueden tratar los hechos como si constituyeran la realidad y las afirmaciones como si constituyeran el pensamiento.
En lugar de dibujar dicotomías entre pensamiento y realidad debemos reconocer que el pensamiento forma parte de la realidad en lugar de estar separado de ella”
Una de sus bases es el “principio humano de incertidumbre”. La comprensión de las personas del mundo en el que viven no puede corresponder con los hechos, y aún así ser completa y coherente al mismo tiempo.
La dificultad de las generalizaciones: los experimentos no son repetibles. Incluso si todos los hechos observables son idénticos, las opiniones de los participantes pueden ser diferentes. Esto dificulta aún más el proceso de análisis científico, que se basa en generalizaciones universalmente válidas.
La diferenciación entre ex-ante (un abanico de posibilidades de los participantes pueden contemplar) y ex-post facto (hecho que ha sucedido y queda determinado de forma única).
Creo que por tu bien como lector, no es necesario extenderse en mayor medida sobre toda esta teoría filosófica intelectual de Soros.
Seguramente sea más fructífero centrarnos en cómo podemos aprovechar la teoría de la reflexividad en los mercados financieros.
“El problema con esta forma de presentar el nuevo paradigma es que es demasiado abstracto. Es por eso que debemos recurrir a los mercados financieros para una demostración práctica”
Los mercados financieros como laboratorio
Continuará…
El es realmente complejo, pero muchas gracias por el esfueerzo de la exposición. Espero ser capaz de seguir el hilo cuando llegue el ejemplo. Que reto!!
Aquí estaré esperando el siguiente capítulo.
Gracias por tus notas!